Terroir al Limit es una de mis bodegas favoritas en Priorat, no sólo porque sean vinos sin aditivos o por lo mucho que me atraen sus viñas de cariñenas y garnachas. La verdadera razón es que son vinos que emocionan. Por eso, conocerlos y beberlos, al menos una vez en la vida, es algo que todo aficionado debería llevar en su lista “por hacer”.
Tuve ocasión de disfrutar sus vinos en una de mis tiendas favoritas, La Tintorería, en las catas de su quinto aniversario. Una de ellas, a la que tuve la fortuna de asistir, fue la protagonizada por Dominik Huber y sus Terroir Al Limit, aunque ya había tenido ocasión de charlar con él de sus vinos en el XIII Salón Peñín, la que ahora te cuento fue una ocasión para recordar.
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Terroir al Limit. La evolución del Priorat
El mismo nombre, Terroir al Limit, nos sugiere en cierto modo la filosofía de producción de Dominik. En sus vinos pretende una identificación completa con la viña de la que proceden. Va vinificando parcelas cada vez más pequeñas, realizando un cultivo respetuoso con el medio ambiente y nada intervencionista.
Según Dominik nos encontramos en la tercera renovación del Priorat. En la primera fue en la que se produjeron vinos en los que se buscaba la concentración y el alcohol, vendidos para rectificar los de otras zonas.
En la segunda se pasó a los “cinco grandes”, que empezaron a dotar a los vinos del Priorat de una personalidad propia y a hacerlos conocer en España y en el mundo. De ellos “bebieron” los nuevos productores que aún hoy nos siguen asombrando con vinos muy grandes, potentes pero frescos, en los que la madera pierde por completo el protagonismo con respecto a la fruta.
Dominik es un hombre enamorado de la tierra en la que trabaja, que percibe su belleza y trata de reflejarla en sus vinos.
En esta tercera renovación de la que nos habla, se tiende a menores extracciones, parcelas más pequeñas. Quieren buscar la esencia de la tierra, dejando a la fruta expresarse con cada vez menos madera. Vinos con alma, que vienen de una tierra dura que exige grandes sacrificios para otorgar su fruto. Esta generación culminará con vinos más auténticos, más identificados con el terruño y con aún menos (¿ninguna?) intervención de la madera.
¿Te molesta la madera en el vino? O más bien te gustan los vinos muy robustos, intensos y potentes. ¿Cuál es tu opinión?
Los vinos de Terroir al Limit
Vinos blancos
La cata comienza con sus blancos, en la que encontramos muy gratas sorpresas. La primera es Terra de Cuques 2012 (90% pedro ximenez, 10% moscatel). D.O.Q. Priorat. Un vino con aroma muy complejo, no excesivamente expresivo. Se presenta aromas de manzanilla seca con notas de flores blancas. Va desarrollando aromas herbáceos y de fruta amarilla (albaricoque). En boca tiene una buena acidez, controlada por la fruta, cremoso, con puntas golosas. Se despide con un final ligeramente floral, ligeramente dulzón.
Sigue Pedra de Guix 2011 (garnacha blanca, pedro ximenez y macabeo). D.O.Q. Priorat. Aroma potente frutal (pera y ciruela blanca), va abriendo a flor blanca y heno cortado. Notas de tiza. Estamos ante un muy buen vino. En boca entra con amplitud, es muy fresco y bien estructurado. Tremendamente mineral, con un final con toques salados y recuerdos de manzanilla. Recuerdo que no quieres olvidar.
Los “vinus verum”
Seguimos con vinos especiales de la bodega, los Vinum Verum, en los que se está avanzando en procedimientos naturales. Vinos en los que se busca la fruta sin complejos, y con una gran personalidad.
El primero de esta serie es Terroir al Limit Xarel-lo 2013. D.O.Q. Priorat. Aroma frutal (pera), acompañado de notas muy minerales a piedra mojada y tiza. En boca entra dulzón, pero se va volviendo cada vez más complejo, pasando a destacar su frescura. Aunque no es excesivamente intenso de entrada, va adquiriendo cada vez un mayor volumen, para dejar un final muy largo y complejo.
Continua otro vino natural, si se pueden clasificar así de forma independiente uno de los vinos de esta bodega. Terroir al Limit Muscat 2013. Abre con aromas de manzana “royal gala”. Intenso y agradable en nariz. Conforme va abriendo salen notas de tiza y leves recuerdos de tierra mojada. Después, el paso por boca es ligero, frutal y equilibrado. Amplio y elegante. El final es ligeramente amargoso y muy duradero.
Estos vinos tienen la esencia de lo natural. ¿Has tenido experiencia con vinos naturales? ¿Qué te han parecido?
El rosado de Joan
Seguimos con un descubrimiento, el rosado Roc D’Aubaga 2013. Leo en la etiqueta “Al cuidado de J. Gómez Pallarés”. Aunque mi catalán es francamente mejorable, parece que Joan tiene algo que ver con este vino. Si es así, que deje ya las lenguas antiguas y se dedique por entero a esta nueva tarea para bien de la humanidad. No porque su labor como profesor no sea importante, sino porque el vino es francamente bueno.
El vino tiene aromas de fruta roja fresca, ligeras notas de carne blanca y de flores (rosa). Su boca es muy fresca, acompañan notas ligeramente maduras. Ligero y vertical. Muy persistente. Tremendamente fácil de beber. (Con un salmón a la parrilla al lado la botella se vaciaría sola. N. del R.)
Vinos tintos
Pasamos a unos viejos conocidos de este tragavinos. El Vi de la Vila de Torroja 2012 (50% garnacha, 50% cariñena). D.O.Q. Priorat. Tiene aromas florales no demasiado intensos. Flor azul acompañada de ciruela roja en su punto de madurez. Notas especiadas muy bien integradas. En boca es muy equilibrado, con acidez suficiente y taninos muy finos. El final nos deja con la fruta roja que percibíamos en nariz, y toques de violeta.
Lo mejor, las cariñenas
Arbossar 2011 (100% cariñena). D.O.Q. Priorat. Aroma medio de fruta roja, con notas de piel de naranja y recuerdos de polvo de tiza. En boca destacan su finura y equilibrio. Alguna nota herbácea ligera que da personalidad al conjunto. Tanino algo seco. Final ligeramente punzante, muy frutal, con recuerdos de arándanos y cerezas.
Dits del Terra 2011. (100% cariñena). D.O.Q. Priorat. Aroma de buena intensidad en el que se mezclan las frutas rojas con las negras. Nariz un poco más madura que en los anteriores. Es esa madurez la que le da forma de vino mediterráneo, como gusta señalar a Dominik. En su aroma las notas de monte se mezclan con la evolución del vino (romero, pimienta, menta, raíz de regaliz). En boca es intenso, con taninos marcados pero elegantes. Muy largo y elegante, con un final frutal y algo balsámico.
Les Tosses 2010. (100% cariñena). D.O.Q. Priorat. En este vino, aparece de nuevo el monte mediterráneo en la nariz con romero, regaliz y hierbabuena. Aromas que juegan con los arándanos en medio de ligeras notas ahumadas y conforman una nariz impresionante. En boca es amplio, de intensidad media, muy elegante. Taninos presentes, que acompañados de tan buena acidez auguran un futuro prometedor (no a esta botella).
Un final de fiesta inmenso
Termina la cata y los presentes nos miramos. Hemos asistido a algo grande. Uno propone abrir una botella de Les Manyes 2010. Hacemos una “suscripción popular” y alargamos la cata. No queremos terminar. Miro ahora mis notas y sólo hay un escueto “vino para disfrutar”. No soy un profesional y me he permitido trasladarme a los campos prioratinos disfrutando de este excelente vino. No hay tiempo para frutas rojas ni taninos finos. Sólo para el disfrute. Inmenso.
¿Has probado alguno de estos vinos? Si es así, comenta que te han parecido. Estoy convencido de que te han emocionado tanto como a mí.
Un deseo, una ilusión
Los vinos son magníficos, tienen magia. Sin embargo, es casi más emocionante comprobar la pasión que pone Dominik en su trabajo. Sentir sus ganas de mejorar, de continuar la evolución del fruto de estos campos que le dejaron clavado en Torroja. Esto es lo que hace que probarlos junto a él sea una experiencia única. Eso hará, sin duda, que siga de cerca esta bodega. También conseguirá que juegue los viernes al cupón de la ONCE, porque los vinos son tan buenos como caros.
Como vinos de entrada de gama, me parecen muy recomendables sus Terroir Historic, tinto y blanco, que por unos 13 euros pueden encontrarse en la tienda online Gourmet Hunters. No dejes de buscarlos. Estoy convencido de que merecen la pena. Y si los encuentras, ¡comenta!
Querido Joan:
Muchas gracias por tu comentario, y por tan elegante crítica.
Perdona que haya tardado en contestarte, pero ha sido necesario reflexionar e investigar. Discúlpame también porque me temo que me voy a extender en demasía.
La contraetiqueta de Cappellano me ha dado mucho que pensar, dice mucho de él. Un hombre que considera necesaria la crítica, como un medio necesario para mejorar, pero que considera que los números sólo sirven para establecer comparaciones que dividen y no tienen capacidad para expresar el trabajo de las personas. No puedo estar más de acuerdo, es imposible valorar las sensaciones, mucho menos la pasión o el trabajo.
He repasado mis críticas musicales, y jamás he valorado una interpretación con algo que no sean palabras. ¿Por qué obrar de forma diferente con el vino, que también me apasiona?
Mi abuelo clasificaba los vinos en excelentes, muy buenos y buenos, pero sólo los de las botas de la bodega en la que trabajaba. Me comentaba ayer mi padre que jamás obró así con un vino de los que hacían sus amigos o conocidos. Se ve que mi mente analítico/matemática me ha jugado una mala pasada. No sé como seguiré, probablemente repiense lo de las valoraciones. He retirado los de este artículo, y no creo que se pierda nada. Lo que trato es de transmitir, con mayor o menor fortuna, la sensación que me producen los vinos que me gustan, y no creo que los números sean necesarios para ello.
Dices que no crees que progreses más allá de hacer un vino de principio al fin (grande Horacio), yo también me veo en la misma tesitura, con menos éxito que tú, todo sea dicho, y creo que para un aficionado es un logro notable.
Gracias de nuevo
Vicente Vida Lanzas
Buenas tardes, Vicente, y muchas gracias por este extenso artículo por la parte que me toca que es, más que otras, la de la fbra sensible de la amistad con Dominik.
Me alegra ver cómo supo transmitir su pasión y su relación con el Priorat y, ya puestos, me gusta, cómo no, que ese vino "a cura de…" (Dominik se inventó ese uso de la expresión que, en catalán, se usa para denominar a quien hace una edición de un texto), te haya llegado.
Hace años que no valoro más que con descripciones los vinos de los que hablo en mi blog. Tus valoraciomes, palabras también, tienen una numeraciín detrás, por lo que explicaste en su día y se puede leer, hoy todavía, en una entradilla de tu blog.
Me hace pensar…No creo que progrese yo mucho en hacer vino más allá de lo que amigos como Dominik me dejan hacer en su bodega…Escoger los viñedos, escoger la uva, vendimiar y hacer el vino ab ouo usque ad mala. Pero no me quito la contraetiqueta que Teobaldo Cappellano puso en su día a sus barolos…Me gusta mucho tu percepción del vino, aquello que escribes y aquello que has comentado en tuiter. Y con eso me quedo, que es mucho y bueno.
Un abrazo y gracias de nuevo!
Joan