En la Ribera del Duero hay muchas pequeñas bodegas, que acompañando a la tierra cada día nos ofrecen vinos excelentes. Una de ellas es de la que trata este artículo: Bodegas de Blas Serrano.
¿Imaginas tener la oportunidad de poder dedicarte a cuidar la tierra que fue de tus padres? Acompañar las viñas que ellos o sus padres plantaron. Aprovechar este tesoro y cumplir un sueño.
Pues más o menos, quizás un poquillo resumida es la historia de bodegas de Blas Serrano.
Personas con ambición, pero con amor a la tierra.
Gente de hoy día, pero que sin complejos ni ataduras cuidan las tradiciones. Protegen su patrimonio, material e inmaterial.
¿Qué te parece? ¿Me acompañas?
Te invito a conocer a los de Blas Serrano, sus tierras y sus vinos.
Parcela El Cerezo, de donde sale Mathis
Contenidos
Bodegas de Blas Serrano: una familia apegada a la tierra
Conozco un poco a Luis Miguel de Blas. Es una persona con la que difícil estar un rato sin hablar de vinos y del proyecto que tiene entre manos y que es su pasión. Una pasión no desbordada, muy con los pies en la tierra.
La bodega la fundaron los hermanos de Blas, Eugenio y Luis y uno de sus primos, José Manuel Serrano.
Bueno, administrativamente esto puede que sea cierto, pero la tradición de hacer vino es muy antigua en la familia. Una familia en el que el amor por la tierra, por la uva y por el vino se transmitió de padres a hijos.
Logo de Bodegas de Blas Serrano
Amor y respeto por el trabajo del campo. Por la búsqueda de la peculiaridad de cada pueblo, de su forma de hacer los vinos, de encontrar lo bueno de cada sitio.
Los de Blas, que son a los que conozco, atesoran sus viñas viejas. Es una gozada ver las cepas añosas en la tierra retorcida. Contemplar como forman acodos de forma natural para surgir de nuevo con fuerza.
Son una familia que Lucha porque no se pierda el tesoro que suponen estas viejas cepas.
He visto a Luis tratar de convencer a un paisano de Fuentelcesped, su pueblo, para que le venda un majuelo casi centenario. Su destino, si no lo evitan, será que las viñas se arranquen y sean sustituidas por viñas nuevas que den mayor rendimiento.
La lucha de la calidad contra la cantidad. Un drama que nos puede mantener, como siempre, a la cabeza de la venta de graneles y vinos baratos. Después hay quien se extraña que el consumo de vino se reduzca año tras año.
Pero sigamos, que me enciendo…
Buscando la esencia de la Ribera del Duero
El objetivo de Bodegas de Blas Serrano es producir vinos de calidad que reflejen su tierra, haciendo hincapié en buscar las mejores parcelas con viñas viejas.
Ponen empeño en ello, con la certidumbre de que el primer paso para conseguirlo es respetar la tierra. No intervenir si no es absolutamente necesario.
El material genético de la Ribera del Duero
Vieja testigo del tiempo
Eugenio es el que más se trata con la viña. Hombre de no demasiadas palabras, con la honestidad y la franqueza de las personas que viven el campo.
Trata de que la fruta que entre en la bodega tenga los genes antiguos con los que trabajaron sus antepasados.
Sólo se replanta con pies injertados con material seleccionado de sus viñas. Guardando por encima de todo la riqueza de las viñas de Fuentelcesped. la esencia de la Ribera del Duero.
Él realiza la selección masal (el material que se injerta) y en un vivero levantino se encargan de preparar las cepas nuevas con el material viejo. Cepas llenas de la sabiduría antigua del pueblo.
Anhelando la viña vieja
Tuve ocasión de visitar las viñas con Luis. Cepas en parcelas pequeñas, con suave pendiente que ayuda a que haya el suficiente drenaje. Arenas calizas con algo o nada de arcilla, salpicadas por cepas nudosas, viejas de tinto fino, con algo de albillo real.
Algunos sarmientos tras hundirse en la tierra brotan. Esto hace que el patrón de plantado tenga un punto de anarquía.
Luis mira sus viejas viñas con la ilusión del que las sabe fundamentales para su proyecto. Poco a poco va aumentando el número de estas cepas propiedad de la bodega. Es un trabajo constante, difícil, porque tiene que luchar contra el dinero fácil que da la viña joven.
Ventas cruzadas, cambiando los deseados majuelos por otros de su propiedad, más jóvenes y productivos. Compras directas. Prueba todo, para que no se arranque ese patrimonio de la Ribera del Duero, que debería ser protegido y mimado.
Vieja cepa de Albillo Real
De Blas Serrano. Una bodega artesana, sin complejos
El edificio de bodegas de Blas Serrano probablemente no llame la atención del visitante.
Muy funcional, el único detalle llamativo es una vieja sabina que permanece en una de las esquinas. Parece un vigilante de las viejas tradiciones que los antepasados de la familia mantuvieron durante años.
No excesivamente grande. Una sala en la que pueden verse los depósitos de acero para la fermentación. No llegan a permitir que la vinificación se realice completamente por parcelas, comenta Sophie.
El buen número de microparcelas propiedad de la familia haría necesario un espacio y una cantidad de depósitos mucho mayor que la disponible. Luis, sin embargo, no renuncia a vinificar alguna de las mejores por separado. De ahí sale Mathis, el tope de gama de bodegas de Blas Serrano.
Según me comenta, los vinos parcelarios deberían ser un camino al que la normativa debería adaptarse. Aún queda esperar y mejorar la rentabilidad del trabajo que se está llevando a cabo.
Junto a los depósitos de fermentación, una de las pocas concesiones a la tecnología, la prensa neumática.
Comenta Luis que cuando “fichó” a Sophie, le pidió que le sugiriera un par de equipos en los que fuera necesario invertir con algo de generosidad. Prensa y embotelladora fueron sus requerimientos.
La embotelladora, sin embargo, no se adquirió. Cuando es necesario se alquila un camión para este propósito. Una de sus particularidades es la de rellenar el hueco que deja el vino en la botella con gas inerte.
Otra vieja cepa de Tinto Fino
Sophie. La enóloga alsaciana
He nombrado varias veces a Sophie y me gustaría hablarte un poco de ella.
Sophie Kuhn es una enóloga nacida en Alsacia de una familia relacionada con el vino. Algunos de sus parientes son viñadores independientes en esta tierra de la que tan buenos vinos puedes disfrutar.
Enóloga por la Universidad de Dijon, es un apersona que no descuida su formación. No apuntaré de forma exhaustiva sus títulos, por no aburrirte, pero quédate con que es una persona que une pasión y conocimiento. Yo diría que de forma pareja a su capacidad de entrega y tenacidad.
Me comenta Luis que sus amigos de la tierra le dicen a veces que a los enólogos no hay que hacerles tanto caso. No tengo muy claro que con Sophie fuera posible y no porque Luis no tenga capacidad de imponerse. También es cierto que en bodegas de Blas Serrano apuestan por la calidad y confían en la capacidad de su directora técnica.
De todas maneras si yo tuviera un proyecto como este entre manos, me encantaría tener una persona con la capacidad técnica de Sophie, su ilusión y su coherencia.
No quiero dejar pasar la oportunidad de comentarte una anécdota. Sophie es vegana. Pues bien, la clarificación del vino, que habitualmente se hace con clara de huevo, en de Blas Serrano se realiza con una especie de puré de guisantes. No es tan efectivo, pero suficiente y se mantiene la coherencia de esta mujer decidida y coherente.
Sophie, antes de venir a la Ribera del Duero, estuvo trabajando en bodegas tan emblemáticas como Domaine Oliver Leflaive en Borgoña o Chateau Cheval Blanc en Burdeos. No son malas referencias…
Viñas viejas de Tempranillo
Los vinos que elabora la pasión por el vino
Los vinos tintos de bodegas de Blas Serrano
Phylos
El vino de entrada de gama de la bodega de Blas Serrano se elabora con uvas tinto fino procedentes de Fuentelcesped y Fuentespina. Las cepas tienen entre quince y cincuenta años.
Un dato importante es la elevación de la zona, que está entre los 850 y los 950 metros. Esto hace que las diferencias térmicas entre el día y la noche sean elevadas, lo que es importante para el potencial aromático de la uva tempranillo.
La fermentación alcohólica y maloláctica se realiza en tanques de acero. Posteriormente tiene una crianza de unos doce meses en barricas de roble francés.
El vino es aromático con predominancia de la fruta negra (cereza) y toques especiados (canela, clavo y algo de pimienta). En la boca tiene acidez media, mucho cuerpo, tanicidad media aterciopelada. Vuelve la fruta negra, que da paso a algún recuerdo herbario (menta). Persistencia media/alta.
Un vino que se bebe francamente bien, equilibrado y no falto de elegancia.
De Blas Serrano
El siguiente en la gama de tintos es De Blas Serrrano, elaborado también con tinta fina de Fuentelcesped y Fuentespina. En este caso se usan uvas procedentes de cepas de más de 50 años de terrenos calizos, más pobres.
La maloláctica se realiza la mitad en depósitos de acero y la otra mitad en barricas de roble. A esto le sigue una crianza de más de diecisiete meses en barrica de roble.
En la nariz es expresivo. Tiene intensidad alta. De nuevo prevalece la cereza negra, junto a notas herbarias (regaliz y menta) y especiadas (canela y clavo). En la boca tiene acidez media/alta, mucho cuerpo y tanicidad media sedosa y algo dulce. Buena persistencia.
Mathis
El tope de gama de bodegas de Blas Serrano es un vino que me encanta, aunque no siempre (casi nunca), me lo pueda permitir. Elegancia y complejidad, mezcladas con equilibrio.
Se elabora con las cepas más viejas, entre 73 y 123 años, de dos viñas El cerezo y Los cerezos. La primera de ella tiene en el centro un cerezo muy viejo, que preside el majuelo de cepas centenarias.
La maloláctica se realiza en barricas nuevas, así como la crianza, que se lleva hasta más de dieciocho meses.
En nariz es un vino muy complejo, con intensidad media/alta. Agradece la aireación. Conviene catarlo con un poco de paciencia, que el vino agradece variando sus matices. Va desde fruta negra a chocolate amargo, pasando por notas especiadas y herbarias.
En boca tiene acidez suficiente, cuerpo medio y tanicidad marcada, pero sedosa y elegante. Fruta negra, notas ahumadas y algún recuerdo de regaliz. Muy buena persistencia.
Majuelo en Fuentespino
De Blas Serrano Albillo Mayor
En casi todos los majuelos hay algunas cepas intercaladas de uvas blancas. Se destinaban tradicionalmente a producir uva de mesa.
Hasta que un día Sophie pensó que se podía hacer un vino interesante con esas uvas y se decidió a probar.
El tiempo le ha dado la razón y hoy es un vino de los más interesantes que produce Bodegas de Blas Serrano. Es un vino que tiene una crianza de unos 23 meses en barrica usada de roble francés. Se embotella sin clarificar ni filtrar.
En la nariz recuerda la fruta blanca (pera, manzana), con matices anisados y de flor blanca. En boca tiene acidez media y cuerpo también medio. Notas de fruta blanca y recuerdos minerales. Se bebe muy bien, dejando al final algunas notas de vainilla y clavo. Un muy buen vino.
Como apasionado del vino, de la ribera del duero y de la tempranillo me encantan este tipo de proyectos y los veo como un futuro de calidad y peculiaridad (vino a granel hay mucho). Resistirse a que desaparezcan esas cepas viejas que parecen catedrales goticas y darles rentabilidad a través de unos caldo dignos es una labor encomiable. Cada majuelo que logras impedir que se arranque es un ito cultural en nuestra tierra.¡Animo a seguir por ahí!
Hola Rogelio
Muchas gracias por el comentario.
Estoy completamente de acuerdo en que la labor de preservar las viñas viejas en la Ribera del Duero es una labor importante. Es, en cierto modo, preservar el patrimonio histórico de esta zona.
No es sencillo, porque replantando con cepas nuevas es mucho más fácil ganar dinero, vendiendo volumen. Pero como bien dices, vinos mediocres ya hay muchos.
Si pruebas alguno de los vinos de esta bodega, ya me darás tu opinión.
Saludos
Vicente Vida Lanzas