Nos acercamos a los más grandes cuando somos grandes en humildad, decía Rabindranath Tagore. Esta frase se hace verdad, al menos en parte, en los vinos de la familia Blanco. Gente humilde que acercándose con sencillez a la tierra están elaborando vinos que se están haciendo grandes. El que hoy te quiero presentar su Blanco de Hornillos, un vino grande de gente humilde.
Descubrí Blanco de Hornillos hace ya algún tiempo, en una de mis visitas a Enoteca Barolo. Fui por allí a la búsqueda de vinos nuevos que acabasen de llegar a la tienda. Acababa de llegar el repartidor de una empresa de transportes y Miguel me recomendó sin dudar la manzanilla de la bodega, Callejuela.
Intrigado por conocer más de esta pequeña bodega sanluqueña, busqué información y lo que leí me llamó a conocer más a los Blanco. Leí sobre su historia, su bodega, y por supuesto, de sus vinos. Blanco de Hornillos fue uno de los que más me sorprendió y creo que merece ser el protagonista de la historia de hoy. ¡Cuantas botellas de este vino han caído desde aquella primera vez!
Contenidos
Callejuela, la historia de los “Blanquito”
Callejuela comienza su historia con el primero de los Blanquito, el abuelo de los actuales propietarios y que fue el primero en dedicarse a esto del vino. Pero no fue hasta el año ochenta en que Francisco Blanco, la segunda generación, comienza a levantar la bodega, después de trabajar aquellas tierras durante unos veinte años como jornalero. Un hombre que conoce la tierra, conoce las viñas y conoce los vinos que refrescan la zona. Poco amigo de empresas fugaces y de proyectos vanos, comienza asentando los cimientos con firmeza. Construye una pequeña bodega en el centro del barrio alto de Sanlucar. Allí que produce sobre todo vinos destinados a refrescar las criaderas de otras bodegas, y también las gargantas de la gente sencilla.
Me trae a la memoria esta historia las imágenes de una película en que un abuelo con un puñado de tierra que se le escurre entre los dedos. Mira con una sonrisa a su nieto y le dice: “Esta es nuestra vida, nunca la vendas”. No se si a Francisco Blanco se lo diría su abuelo, pero sin duda tenía grabada la importancia de la tierra en el alma. Con paciencia va sentando las bases comprando algunas parcelas. Cinco hectáreas en el Hornillo, otras tantas en Macharnudo, la viña La Añina en Jerez, y la que dará nombre a sus vinos más viejos, La Casilla.
Los mayetos, transformadores de tierra en vino
La historia de Callejuela es la de una mayeto, una figura importante en la sociedad del Marco de los años 60, y que aún reviste una gran relevancia. El mayeto era un hombre que era capaz de cubrir el ciclo completo de la vid al vino, que hacía normalmente para venderlo. Casi siempre porque no disponía de las infraestructuras necesarias para empresas mayores. Cuenta José Blanco que la figura del mayeto fue siempre muy respetada. Comenta que los mayetos tenían crédito en cualquier tienda. Su padre, Francisco Blanco, fue jornalero veinte años, y mayeto otros tantos.
José y Francisco, los Blanquitos de hoy, trasladaron la bodega más cerca de la tierra. La llevaron al pago del Hornillo, sitio desde el que se disfruta de unas vistas singulares. Bien en alto, domina el Guadalquivir y ofrece una estampa única de algunos de los pagos de viña del marco. Son ellos los que crean la marca de Callejuela en 2005, manteniéndose siempre muy cerca de la viña. Hacen de esta su filosofía de trabajo, la cercanía a la tierra.
Blanco de Hornillos, un vino apegado a la tierra
Leí hace algún tiempo en “Reading between the Wines” de Terry Theise, que uno de los aspectos que hacen grande a un vino es su cercanía a la tierra, que diga de donde viene. Estas palabras en ocasiones las leo en textos manidos por el abuso de frases hechas. Sin embargo, hoy alcanzan su expresión en este Blanco de Hornillos. Es un vino humilde, pero que es el resultado de tres generaciones viviendo cerca de la misma tierra. Hijo de una uva, la palomino a la que los años y la experiencia han revelado como óptima para estas tierras. Fruto del cariño, la mirada limpia de la gente de campo. Fruto de los mayetos que muestran con orgullo la viña. Su viña.
Blanco de Hornillos 2015 es un vino expresivo, complejo de aromas. Conviven en armonía la pera compotada con ligeras notas de miel, el tomillo y la resina de los pinos. Estos aromas dan cobertura a todo un fondo salino. Me recuerdan los paseos por la orilla del mar con marea baja y un ligero poniente. Tiene una entrada en boca frutal e intensa, pero manteniendo equilibrio y elegancia. No está falto de acidez, ni de una salina mineralidad, con recuerdos calizos. El final no es muy largo, pide rápidamente que se renueve el sorbo, para mantener el sabor frutal y fresco en la boca. Una joya por el dinero que cuesta.
Mis maridajes para Blanco de Hornillos
Acompañó bien algo de lomo embuchado, y de fábula unas “papas con chocos y chícharos” hechos con la receta de Javi ligeramente modificada. Me gusta que espese bien la salsa. Procuro que los trozos de sepia queden al dente, por lo que echo las patatas y la sepia casi a la vez. También sustituyo el colorante por unas hebras de azafrán algo tostadas previamente en una sartén. Esto hace que el plato gane mucho en aromas. En cualquier caso, este blanco tiene entidad suficiente para acompañar el plato sin disfrazarlo.
Donde conseguir Blanco de Hornillos
De este vino han caído algunas botellas, y he de decir que aguanta perfectamente dos o tres días después de abierta. Bueno, el vino aguanta, el bebedor lo tiene más complicado para no acabar con él. De esta bodega he bebido también una soberbia manzanilla, y reposan en mi bodega alguna de su gama de vinos viejos.
Blanco de Hornillos se puede encontrar en Enóteca Barolo por poco más de seis euros. Si no eres de Madrid y quieres saber donde conseguirlo, pregunta en un comentario. Procuraré informarte.
Seguiré probando algunos de estos nuevos blancos andaluces, otras manzanillas y muchos otros vinos interesantes como comentaba en la página de introducción “Acerca de“, donde te cuento un poquillo de mi historia. ¡No te los pierdas! ¡Estás a un par de clicks de suscribirte!
Hola Vicente, pues sí , este vino está increíble, ese toque de salinidad y de tiza a la vez le dan un punto muy fácil de beber. Otra de las joyas de los Blanco!!
Saludos!!
Me alegro mucho de que te haya gustado, Susana. Desde luego muy fácil de beber y como decía Jose con una RCP increíble.
Saludos
Vicente Vida
Pues aún tengo alguno más en la recámara de estos blancos que me están sorprendiendo. Y sigo buscando más.
Un abrazo
Vicente Vida
Hola Jose
Me alegro mucho que te haya gustado. Como dices es un vino que sorprende, y está bien rico.
Gracias a ti por el comentario.
Saludos
Vicente
Estás dándole fuerte últimamente a los gaditanos, eh? Me alegro mucho.
Saludos…
Pueeees ¿sabes usté que está bien rico? Con esa especie de presencia que dice que viene de donde viene. Con esa especie de ¿gordura? que no sabe uno de donde viene. Y que por este precio tiene una RCP del copón de Avignon.
Gracias por el descubrimiento & saludos,
Jose
Hola Jose
Ya contarás que te ha parecido.
Saludos,
Vicente
Dit i fet. Pasaba por la zona y me he traido alguna botella 😉
Saludos,
Jose