Después de leer el título puede que estés pensando que aprender de vinos no es para nada necesario.
Podría estar de acuerdo contigo, aunque creo que sólo tienes parte de razón. Puedes pasar no sólo sin tener ni idea, sino incluso sin probarlo. Dándole una vuelta más, podríamos estar de acuerdo en que puedes vivir perfectamente sin saber nada de vinos e incluso disfrutar bebiendo.
A mi padre le gustaban los blancos tranquilos. Principalmente, los que se elaboran en una cooperativa de Moriles y hasta hace poco es lo único que bebía. Bueno, agua también… de vez en cuando.
Puedes comprar una botella detrás de otra de, por ejemplo, Marqués de Cáceres y vivir encantado. Pero me atrevería a decir, que si has llegado hasta aquí es porque esperas que haya algo más. Y créeme, hay mucho más.
Detrás de esa botella de vino que hasta ahora sólo ves en los lineales del supermercado, hay todo un mundo apasionante que puedes ir descubriendo a tu ritmo. ¡Eres perfectamente capaz de hacerlo!
Contenidos
La necesidad de aprender de vinos
Yo te diría que aprender de vinos te puede servir para empezar a amar este mundillo. Probablemente cuando te digo esto, te estoy contando mi experiencia. Bueno, no sólo la mía.
Conociendo este mundillo descubrirás que hay una multitud de estilos de vino, diversidad de aromas y sabores. Muchos de ellos diferentes a las cuatro marcas que estás acostumbrado a beber.
Averiguarás que hay una variedad de vinos tremenda, más allá de las tan nombradas Ribera y Rioja, que pueden gustarte y de los que no tenías ni idea.
Hay vinos inmensos en Galicia, en el Bierzo, en Andalucía, en Levante, en el Priorato. Vinos que no te atreves a probar, porque como decía Ygritte a Jon Snow en Juego de Tronos: “You know nothing”. Y no me digas que sabes lo que te gusta y lo que no te gusta, porque no es del todo cierto, cómo irás descubriendo.
Aprender de vinos diferentes de sitios distintos
Sé que hay muchos detractores de esta teoría. Personas que piensan que aprender de vinos sólo es necesario para unos pocos pirados. Que creen que no tenemos nada mejor que hacer que pasarnos la vida de una botella en otra. He escuchado incluso a gente decir que conocer del vino le impide disfrutarlo, porque le hace estar más pendiente de los defectos que de gozarlo.
Hay gente en fin, que piensa que para disfrutar no es necesario saber nada. Si eres uno de ellos sería mejor que no siguieras… o puede que al final me tengas que dar la razón.
Mi teoría sobre la capacidad de disfrute
La mía es una teoría que está por demostrar. Creo que hay personas con una capacidad de disfrute de, digamos 30, que están felices en su situación. No les conviene moverse de ahí porque sólo les generaría frustración.
Hay otras personas con una capacidad de disfrute superior, que se están moviendo en ese nivel de 30, pero que tienen un potencial mucho mayor. Para subir de ahí es necesario un poco de atención y algo de esfuerzo. Hay que meter algo de la luz que proporciona el conocimiento. Para ellos es necesario aprender de vinos.
Lo mejor de todo es que en el camino estás ya subiendo los peldaños del disfrute. Apertura de mente y un poco de atención es lo que hace falta para empezar. Probablemente ahora surja en ti una nueva pregunta:
¿Puedo aprender de vinos?
Existe la probabilidad de que ya te hayas movido por algún blog de vinos en el que las notas de cata tienen frases rimbombantes. En ellas hay un par de docenas de aromas entre los que no pueden faltar los de acacia marchita e incluso de tostaderos de frutos secos orientales.
Notas de cata de diez o doce líneas que probablemente no puedes entender.
Después de esto podrías pensar que el mundo del vino está lleno de imbéciles. Tal vez, que para poder apreciar un vino hay que ser un superhombre con una meganariz. O tener una capacidad extraordinaria para estirar el meñique y ser un equilibrista con capacidad de girar el contenido de una copa de vino mientras miras al infinito.
Para tu tranquilidad te diré que algún tonto del haba con ganas de aparentar hay por este mundillo de Dios. Sin embargo, te aseguro que todo esto es mucho más sencillo y accesible que lo que toda esa parafernalia te hace parecer.
¿Por dónde empezar?
Para poder empezar a aprender de vinos, cómo decía antes, tan sólo hace falta apertura de mente y un poco de atención. Bueno, eso y no padecer anosmia. No hace falta que vayas al médico a consultar. Coge una botella de amoniaco, acércala a tu nariz y si te separas rápido, tienes capacidad olfativa. Podrías haberlo hecho con un bote de cualquier especia, pero estoy seguro que con mi prueba te acordarás mucho más de mí.
Resumiendo, que cualquier persona normal es capaz de ir conociendo y apreciando un poco más el vino. Te diré que tengo amigos que creían que la maloláctica era una forma que tiene la gente pija de llamar a la leche que se ha estropeado. Ahora disfrutan el vino conociéndolo y buscando continuamente nuevas experiencias. Sólo le han dedicado un poco de tiempo, te diré como.
Tres formas para aprender a amar el vino
El método de Eric Asimov (“mejorado” por un servidor)
No, no tiene nada que ver con el autor de la saga “Robot e Imperio”, ni tienes que convertirte en ciborg para aprender algo de vinos. Te repito que es muy sencillo.
Eric Asimov es un crítico de vinos que escribe regularmente en el New York Times, que suelo leer regularmente y cuyos artículos de la serie “Wine School” me parecen muy recomendables.
Eric Asimov en el programa de Tanji
Escribió también un libro de carácter casi autobiográfico, “How to Love Wine: A Memoir and a Manifesto”. En él propone un método para aprender de vinos que puedo asegurarte que funciona. Es muy simple y tiene la ventaja adicional de que harás amigos y saldrás de los lineales de tu supermercado de confianza.
Este método para acercarte al vino consiste en que vayas a una tienda de vinos (no, Carrefour, Mercadona y similares, no valen como tiendas de vino). Se trata de que el local al que vayas tenga un tendero de confianza, en una futura entrada te diré cuáles son las tiendas de vino de Madrid que yo frecuento.
Practicando el método
Si ya tienes una idea de lo que te gusta, díselo, y en cualquier caso pídele que te recomiende seis botellas de vino. Acomódate a tu presupuesto, ten por seguro de que hay vinos que te gustarán y te sorprenderán desde cinco o seis euros la botella.
Hasta ahora bien fácil, ¿verdad? Pues lo que sigue es más sencillo aún. Bébete el vino. ¡No, todo de una vez, no! La experiencia puede que sea placentera, en principio, pero no aprenderás nada de nada y al día siguiente te querrás morir.
Se trata de que, preferiblemente comiendo, bebas el vino con un poco de atención. Fíjate en si te gusta o no y en porqué. Tal vez te guste porque sea afrutado, o te disguste porque te parece demasiado ácido. O puede que te guste sin más, sin saber por qué. Lo importante es que apuntes el vino que te gusta y el que no. Lo de dar razones, al principio es para nota.
Una vez que te hayas bebido tus seis botellas en un tiempo razonable es hora de volver a la tienda. Cuéntale al tendero que vinos te gustaron y cuáles no. Pídele que te recomiende otros seis. Probablemente con las seis primeras botellas ya tenga una idea de que te gusta y podrá asesorarte con un poco más de criterio.
Este proceso lo puedes extender hasta el infinito e irás descubriendo dos cosas. Qué vinos son los que realmente te gustan y la enorme diversidad de vinos disfrutables a los que puedes acceder.
Aprender con un par de libros
Esté método para conocer un poco más el vino es muy tradicional y puede servir como complemento de los otros. Se trata, cómo ya habrás podido imaginar, de comprar un par de libros que te puedan orientar en tus primeros pasos.
Wine de Andre Dominé
Uno de los que a mí me ha ayudado más es “El Vino” de Andre Domine. Desgraciadamente está descatalogado en español, pero es muy fácil de conseguir en inglés. Este libro cubre con holgura todo lo que es bueno que un aficionado conozca. Me parece un excelente punto de partida, que durará muuuucho tiempo (es un buen tocho). Si no te apetece leer tanto, en este blog iré cubriendo poco a poco sus contenidos principales.
Me han gustado mucho también para conocer las generalidades “Permítame que le hable sobre vino” de Oz Clarke y el “Atlas Mundial del Vino” de Hugh Jonson y Jancis Robinson, para ir descubriendo los países y zonas de producción.
Para ir descubriendo el mundo de la cata hay muy buenos libros. El que yo lo he leído y me ha parecido vez más accesible es “El Método del Catador” de Fernando García del Río. Explicado de forma sencilla, se lee con facilidad sin necesidad de conocimientos previos y es muy completo.
Hay otros libros del tipo “Aprenda de Vino en Tres Horas”, “Manual para que Parezca que Entiendes de Vinos” y cosas así. Si quieres perder tiempo y dinero, ¡compra!
Acompañado de “Vida entre Vinos”
No puedo acabar esta entrada sin proponerte el método de esta, tu casa. En “Vida entre Vinos” iré publicando entradas que te ayudarán a ir adquiriendo conocimientos básicos a un ritmo pausado y de forma amena. Uno a la semana, más o menos.
También podremos ir recorriendo zonas de producción, conociendo algo de su historia, de sus bodegas y sus vinos. Iré buscando los que me parecen más representativos, catarlos y comentarlos de una forma muy asequible.
Normalmente, serán vinos fáciles de conseguir y a la vez de bodegas pequeñas o medianas, que me parezca que hacen un trabajo honesto. Procuraré hablar con los elaboradores, conocer sus proyectos y sus historias y te los contaré.
Será estupendo si quieres compartir tus puntos de vista, tus opiniones que nos enriquecerán a todos.
Informaré donde se pueden conseguir los vinos de los que hable en Madrid. Siempre el sitio más barato que sea capaz de encontrar, ya que no tengo relaciones comerciales con ninguna tienda. Si eres de otra ciudad y necesitas información sobre donde conseguirlos, no tienes más que preguntar y ten por seguro que puedo ayudarte.
En Vida entre Vinos iré organizando cursos, partiendo desde lo más básico hasta algunos más avanzados.
Uno de ellos ya está en funcionamiento, el curso básico de catas para aficionados. ¿Te animas? Es GRATIS.
Concluyendo
Aprender de vinos, no sólo es posible sino que puede ser divertido y apasionante. Te he propuesto tres métodos que no tienen contraindicaciones, puedes practicarlos a la vez. ¡Ánimo!
¿Piensas que conocer te puede ayudar a disfrutar más e incluso a amar este mundillo? ¿Te gusta o disgusta alguno de los métodos que te propongo? ¿Has practicado alguno de ellos? ¿Te gustaría proponer otro? ¡No te cortes, comenta!
Hola Vicente, encontre tu blog de casualidad siempre estoy mirnado en internet temas relacionados con el vino y he de decir que me gusta mucho todo esta muy bien explicado, yo soy un bebedor de vino a diario no me falta my copita antes de comer pero la verdad es que por estar en un pueblo no tengo gran variedad de vinos donde elegir , a mi me gustan los tintos y cuando compro online intento variar mucho desde jumilla por ejemplo al bierzo o a ronda que la tengo aqui al lado en fin para no enrrollarme mas me descargado tu curso para principiantes espero que me guste tanto como tus articulos del blog. Un saludo y muchas gracias
Hola Vicente!!! Totalmente de acuerdo contigo y con tus comentarios. En este mundo nunca acabas de aprender y eso es lo bueno, así crecen las expectativas y la curiosidad por conocer nuevos vinos !! Teniendo inquietud por conocer , el disfrute está asegurado!!!!
Besos!!
Hola Susana
Muchas gracias por tu comentario.
En efecto, no hay que perder en este mundo del vino la capacidad de asombro. Eso y tener una mente abierta te puede llevar a grandes momento de disfrute.
Besos
Vicente Vida Lanzas